A todos nos gustaría que los retornos de nuestros activos fueran constantes una vez que nos retiramos, y poder sacar un 4% de nuestra cartera al inicio, actualizar esta cantidad cada año con la inflación, y que ese dinero nos durase 30 años. Y a ser posible, que quedase dinero para nuestros herederos.
La mayor parte de las veces, esto será así, pero los retornos no son constantes: Haciendo una simplificación, podríamos decir que nuestros retornos seguirán una distribución normal, con un valor medio determinado y una volatilidad. Estadísticamente podríamos decir que nuestra rentabilidad va a estar más de un 99% de las veces entre ese valor medio menos tres veces la volatilidad y el valor medio más tres veces la volatilidad.
Incluso aunque se cumpla, la distribución normal se cumple para un número muy alto de eventos, pero seguro que os ha pasado alguna vez tirando una moneda al aire que os ha salido varias veces cruz, ¿verdad? La probabilidad en una tirada de tener cruz es del 50% y se puede comprobar para un número muy alto de tiradas, pero ¿podemos sacar cuatro cruces seguidas? ¡Pues claro!
Seguramente si perdemos en un juego, no tenga grandes implicaciones, pero agotar nuestros activos antes de tiempo puede tener consecuencias serias; por eso creo que merece la pena hablar sobre el riesgo de secuencia de retorno y qué podemos hacer para minimizarlo. La regla del 4% en teoría nos cubre en estos casos porque coge un montón de períodos de 30 años y se queda con el máximo porcentaje de retirada anual que nos garantiza que nuestros activos nos duren 30 años. Pero hay varias razones que pueden hacer que esta norma no nos funcione:
- Los gastos de los fondos, que todos los años nos restan algo de rentabilidad.
- El estudio se hizo solo para el mercado americano.
- Nuestras carteras no replican perfectamente a los índices.
- No sabemos si los mercados en el futuro se van a comportar mejor o peor que en el pasado.
He hecho una simulación en Ficalc con una cartera 60% en renta variable y 40% en renta fija, con unos gastos del 0.6% (más o menos lo que nos cobra un roboadvisor), y la probabilidad de que nos quede dinero después de 30 año es del 92%, lo que está muy bien., pero lo que queremos es ver lo que ha pasado en ese 8% de las veces en las que la estrategia ha fallado. El fallo ha ocurrido en diez años, sobre todo concentrados entre 1962 y 1973. He mirado uno por uno esos años y el peor año para retirarse es 1966, nos quedaríamos sin dinero en 21 años. Esto cuadra con la imagen de abajo en la que se ve que es precisamente en ese año cuando queda menos dinero disponible al final de los 30 años con una cartera 60/40 Esta imagen es de la web de Kitces, que, por cierto me parece muy recomendable.
¿Qué tiene de especial esa época? En este paper del IESE, podemos ver los cuatro periodos de 30 años en los que una cartera 100% en el S&P500 tiene una tasa de retorno menor del 4%, y uno de ellos es el que empieza en 1966:
MWR es la tasa de retorno que hace que no se agote el dinero en el periodo de 30 años, las siguientes cuatro columnas dan la rentabilidad media a 3, 5, 10 y 30 años. Las dos últimas columnas son el resultado de hacer una simulación de Montecarlo con los resultados de esos 30 años y haciendo 10000 simulaciones con las rentabilidades de esos 30 años pero ordenadas de forma aleatoria; la columna «failures» es el número de fallos y la columna «rate» el porcentaje de casos en los que falla la simulación.
El primer periodo comienza en el crack del 29, dudo que nadie se plantease retirarse justo ese año, así que el riesgo parece fácil de evitar, pero el periodo de 1966 es mucho más preocupante, porque no parece que haya rendimientos muy negativos. ¿Qué es lo que pasa entonces? Pues que a rendimientos negativos se suma una inflación alta y que el dinero que retiramos cada año se actualiza con la inflación, así que tenemos el interés compuesto actuando en nuestra contra. Esto no es muy intuitivo, se ve mejor con un ejemplo, aunque no incluya la inflación: En la figura de abajo se muestra el balance de la cartera de dos personas con los mismos rendimientos anuales, lo único que se hace es que para la primera persona los tres últimos años son muy negativos y para la segunda persona los tres primeros años son muy negativos. Lo único que se ha hecho es invertir la secuencia de rentabilidades anuales:
La rentabilidad media para los dos es del 6% y los dos acaban con el mismo dinero. Ahora el mismo ejemplo, pero sacando 50000 euros cada año:
Con los mismos rendimientos, la primera persona acaba con el doble del dinero con el que empezó (habría que ver el efecto de la inflación) y la segunda se queda sin dinero a los 17 años.
Así que sí, la secuencia de los retornos importa mucho, pero no podemos hacer nada para cambiarla, será la que nos depare el futuro. Lo que sí podemos hacer es intentar reducir el efecto de esa secuencia, sobre todo en los primeros años después de retirarnos. Aquí van varias propuestas en cuatro categorías:
- Reducir el gasto:
- Regla del 4%: El retorno medio de la cartera será mayor, eligiendo retirar el 4%, actualizando cada año con la inflación, ya es una forma de ser conservador. Incluso se podría reducir un poco el porcentaje a retirar.
- Trabajar más años: Si trabajamos más años, haremos crecer nuestras inversiones y también nos quedará menos tiempo para gastarlo. No me gusta mucho esta opción, pero en caso de que estemos pensando en retirarnos y haya un crack de la bolsa como el de 1929, parece razonable continuar trabajando si se puede.
- Ser flexible con los gastos:
- No retirar el dinero de forma constante y actualizada con la inflación, sino ser más flexible: Retirar más en los buenos tiempos y menos en los malos. En este post sobre estrategias de retiradas de fondos comparo varias estrategias, algunas de ellas se adaptan a las subidas y bajadas de la cartera, aumentando y disminuyendo las retiradas de acuerdo al rendimiento de la cartera.
- Ajustar gastos en épocas de vacas flacas, reduciendo el presupuesto en las partidas que sean más prescindibles: Sin complicarnos la vida con estrategias que a veces pueden ser complejas, creo que intuitivamente cualquiera intentaría ajustar sus gastos si sus fondos bajan un 20% en un año, por ejemplo. Quizás no haga falta algo drástico, simplemente no aumentar ese año los gastos con la inflación puede ayudar a la supervivencia de nuestra cartera.
- Para poder ser flexible con los gastos, es importante tener un presupuesto y saber qué partidas podemos reducir sin que supongan un cambio importante en nuestra vida.
- Reducir la volatilidad: Normalmente, tener una cartera diversificada, reducirá su volatilidad. Quizás interese tener en los primeros años un porcentaje mayor en renta fija para, en caso de que haya una caída en la renta variable, poder gastar de la parte de renta fija hasta que la cartera de renta variable se recupere. En este post hablo sobre el porcentaje de renta fija y renta variable que deberíamos tener en nuestra cartera, y mi conclusión es que quizás no merezca la pena tener más de un 40% en renta fija.
- Tener un colchón: Hay personas que se sienten más seguras teniendo sus gastos de varios años en liquidez, fondos monetarios o renta fija a corto plazo. En el fondo me parece una estrategia muy parecida a tener un porcentaje de la cartera en renta fija, aunque el colchón en principio no se tocaría salvo que haya una bajada grande en bolsa, momento en el que usaríamos el colchón para cubrir nuestros gastos hasta que se recupere nuestra cartera. A tener un colchón le veo algunas pegas: La inflación, que puede comerse nuestro colchón, y cómo se forma y se \»rellena\» ese colchón.
Conclusiones
El riesgo por secuencia de retorno es un problema muy real, aunque con un poco de suerte, nunca nos encontraremos con él. Aun así, es necesario tener una estrategia para cubrir este riesgo. Esta estrategia puede basarse en cualquiera de las propuestas que he puesto más arriba, por separado o combinadas.
En mi caso, ya he comentado algo sobre mi estrategia, que se basa en varias de esas propuestas:
- Tengo un plan para retirarme, pero si no se cumple no tendré problema en seguir trabajando, aunque sea de forma parcial.
- Mi estrategia de retirada de fondos será la Vanguard Dynamic Strategy. Partiré de una retirada anual del 4% de mi cartera, pero actualizaré las cantidades en los siguientes años según esta norma. Repitiendo la simulación que he hecho antes con FiCalc, pero siguiendo esta estrategia en vez de retirar cada año el 4% actualizado con la inflación, se consigue que la cartera dure 30 años. A cambio, las retiradas se pueden reducir de 40000 euros anuales con una cartera de 1000000 de euros, a 32000 euros anuales.
- He comprobado que en caso de necesidad podría reducir mis gastos anuales en un 20%.
- En los primeros años, cuando me retire, reduciré la volatilidad total de mi cartera pasando parte de mis planes de pensiones a renta fija. La parte de los planes de pensiones es la primera que gastaré, así que a medida que la vaya gastando, irá aumentando el porcentaje de mi cartera en renta variable.
- No tengo plan de tener un colchón muy grande, aunque sí que tendré unos cuantos meses de gastos en efectivo. Mi colchón será la parte de la cartera que tengo en renta fija y en oro, que debería comportare mejor que la parte de renta variable en las caídas. Al caer menos, sacaría la cantidad de gastos de esta parte de la cartera hasta reequilibrar los porcentajes de cada activo.
Una última reflexión: ¿Es posible que involuntariamente nos estemos retirando en el peor momento? Me explico: Si cuando nos queden pocos años para retirarnos nos coincide una racha alcista en la bolsa, es posible que alcancemos nuestro objetivo antes de lo previsto. Si en ese momento nos retiramos y el mercado cae, ¿puede considerarse que este suceso es aleatorio, o era previsible que si el mercado estaba sobrevalorado podía caer? En el ejemplo que he puesto al principio sobre el juego con la moneda, lo que pase cada vez que lanzo la moneda no depende de lo que haya sucedido antes, pero en los mercados financieros no creo que suceda lo mismo.
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